Según un artículo de ESSE Servicios Avanzados de Energía, las Smart Cities o ciudades inteligentes, son el resultado de la necesidad de orientar nuestra vida hacia la sostenibilidad. Son infraestructuras de un gran desarrollo tecnológico que cumplen con el objetivo de reducir las emisiones de CO2 y el consumo energético. Las Smart Cities utilizan una variedad de recursos, todos ellos apoyados en la Eficiencia Energética.
Esta tipología de ciudades son indispensables para superar el desafío de los más de 2.000 millones de habitantes adicionales para el 2050, ya que este crecimiento económico y demográfico tendrá un impacto social y medioambiental sin precedentes.
¿Qué pone la eficiencia energética a disposición de sus habitantes en las Smart Cities?
- La eficiencia energética puede lograr ahorros de entre el 20% y el 50% sin alterar el bienestar e incluso mejorando el confort.
- Un ahorro de cientos de miles de millones de euros al año si se controlara mejor el consumo energético de los edificios.
- Las cantidades conseguidas por este ahorro se destinarían a mejorar la calidad de vida de las ciudades del futuro, por ejemplo: más infraestructuras con fines sociales, mejoras sociales, mayor presupuesto para la sanidad etc.
- Optimización de los recursos, de tal manera que solo se consumiría lo necesario para generar energía.
- Mejorar los niveles de contaminación para crecer en ciudades más sanas .
En ESSE Servicios Avanzados de Energía, «todo el ahorro que queremos conseguir queda establecido en un contrato entre la compañía y el usuario final. Si ESSE no cumpliera con el compromiso establecido, la entidad se haría cargo del margen económico. Un ahorro que siempre hemos alcanzado sin que el usuario final perdiera confort e incluso mejorando su bienestar».
El cambio de las ciudades del futuro de la mano de ESSE
Objetivo: Eficiencia Energética
La Unión Europea ha desarrollado una serie de objetivos en materia de eficiencia energética de obligado cumplimiento para los Estados Miembro.
Con todas estas normativas, la UE pretende favorecer un marco común de medidas para el fomento de la eficiencia energética dentro de Europa, para asegurar el objetivo principal de eficiencia energética de la Unión de reducir en un 20 % el consumo energético en el 2020. Además de preparar el camino hacia futuras mejoras en materia de eficiencia energética a partir de ahora.
Desde nuestra compañía de servicios energéticos creemos que es prioritario el cumplimiento de cualquier normativa procedente de Europa. Primero, por los objetivos que cada directriz persigue: ser óptimos en la gestión y el consumo de la energía empezando por nuestros hogares y terminando por aquella que mueve el mundo. Y segundo, por el beneficio que repercute al usuario final en particular, y a todo el entorno social, en general. Consecuencias que se traducen en ahorro energético y por lo tanto económico y en salud hacia el medio que respiramos.
Objetivo: sostenibilidad
Cuando hablamos de eficiencia energética hablamos de contaminar menos. La eficiencia nos enseña a optimizar los recursos naturales, esto trata de producir lo mismo con menos materia prima, tiempo, equipo y esfuerzo sin baja de calidad.
Consumimos menos energía y así se reducen los índices de contaminación y se ahorra dinero. La eficiencia energética es cada vez más importante, cuenta con su propio Día Mundial (World Energy Efficiency Day).
Otras iniciativas respaldan las bondades de la eficiencia energética, por ejemplo la Comisión Europea ha puesto en marcha la campaña Generation Awake para concienciar a los consumidores sobre las mejoras para la calidad del medio ambiente y la salud que conlleva incorporar en sus hábitos cotidianos la eficiencia en el uso de los recursos.
Muchos estudios de expertos explican que gracias a la utilización eficiente de la energía se consume menos cantidad de recursos y de dinero y se prolonga la vida de estos recursos, se mejora la calidad de vida, se contamina menos e incluso disminuyen los conflictos sociales.