Alianza Rehabilitar el Futuro envía una carta abierta al presidente del Gobierno recordando que es urgente posibilitar la descarbonización del parque edificado y generar crecimiento y empleo

Alianza Rehabilitar el Futuro, plataforma de la cual ANESE forma parte junto con otras entidades del sector, envía una carta abierta al presidente del Gobierno ante la urgente necesidad de que se tomen las medidas legislativas que permitan el desarrollo de la rehabilitación energética, para poder aprovechar todo el potencial de la mejora de la eficiencia energética del parque edificado tanto para la recuperación económica y del empleo como para contribuir a la descarbonización y, por tanto, a los objetivos climáticos que se ha marcado el Gobierno español.

Desde Rehabilitar el Futuro, la plataforma formada por los principales actores del sector de la rehabilitación energética de edificios, aplaudimos la ambición de los objetivos de descarbonización que ha establecido el Gobierno de España, por encima de los exigidos por la Unión Europea. Aplaudimos también su liderazgo en la defensa de la transición energética y la lucha contra el cambio climático como el motor más potente para la recuperación de la economía y el empleo de la crisis generada por la COVID-19.

El Gobierno ha cumplido con la obligación de desarrollar las estrategias y planes nacionales que constituyen la hoja de ruta para conseguir estos objetivos.
Sin embargo, el tiempo apremia. Por ello, queremos manifestarle al Ejecutivo la urgente necesidad de hacer de la emergencia climática una emergencia legislativa y desarrollar con rapidez el marco legal, los mecanismos administrativos, financieros y fiscales que permitan conseguir el doble objetivo de cumplir las metas de descarbonización a las que se ha comprometido y de aprovechar todo el potencial para generar empleo, bienestar y crecimiento que deriva de la transformación que hay que acometer.

La ambición de los objetivos ya exige de por sí ponerse manos a la obra sin demora. La crisis de la COVID-19 y la necesidad de presentar proyectos de impacto inmediato y de calado para asegurar el despliegue del Green Deal y la Renovation Wave hacen todavía más acuciante esta necesidad.
Si hacemos los deberes -y todavía estamos a tiempo- aprovecharemos la oportunidad en todo su potencial, no solo dándole un uso eficiente a los fondos comunitarios, sino atrayendo un enorme volumen de inversión privada que solo espera de un marco jurídico seguro e incentivador para financiar estos proyectos. Y, lo que es más importante, el Ejecutivo conseguirá una transformación estructural de la economía y la sociedad españolas, que evolucionarán hacia un modelo más sostenible.

¿Por qué es prioritaria la eficiencia energética?
La eficiencia energética es la primera fuente de energía sostenible en el mundo y en torno a un 30% de dicho potencial se “esconde” en los edificios. El parque inmobiliario es uno de los elementos que más contribuyen al calentamiento del planeta y a la contaminación: es responsable del 40% del consumo de energía final y de un tercio de las emisiones de CO2. En España, aproximadamente el 80% de los edificios es ineficiente en términos energéticos.
La Estrategia a Largo Plazo para la Rehabilitación Energética en el Sector de la Edificación en España (ERESEE 2020) que su Gobierno acaba de remitir a la Comisión Europea prevé un ahorro del consumo de energía final de los edificios de uso residencial del 37,2% hasta 2050 y del 15,3% en el periodo 2021-2030. La estrategia estima que solo con la intervención en la envolvente térmica de 1,2 millones de viviendas y en las instalaciones térmicas en otros 3,85 millones de hogares se movilizaría entre 2021 y 2030 una inversión de 27.112 millones de euros, de los que únicamente el 27% procedería de fondos públicos. Estas actuaciones generarían una media anual de 51.200 empleos, puestos de trabajo que además no se pueden deslocalizar, con una aportación incremental del 0,47% al PIB estimado para ese año.

Con todo lo anterior, la estrategia calcula un ahorro de 7.206 millones de euros en la factura energética de los hogares en los próximos diez años, con el consiguiente impacto positivo en las cuentas públicas.
En lo que respecta a edificios de uso terciario, la estrategia también estima como escenario base un ahorro en el consumo de energía final del 35,9% hasta 2050 y del 12,9% de 2021 a 2030. Para su consecución, se incluyen intervenciones en la envolvente térmica, las instalaciones térmicas y las de iluminación.
Hay que recordar también la responsabilidad de todas las administraciones públicas de hacer eficientes sus edificios en propiedad y en alquiler. Las directivas europeas establecen un objetivo anual de rehabilitación del 3% de los edificios de las administraciones centrales y establecen que el sector público debe desempeñar un papel ejemplarizante.

La rehabilitación es, asimismo, una herramienta eficaz para mejorar la calidad de vida de las personas en situación de vulnerabilidad y de pobreza energética, como destaca el informe Maximizar el potencial de eficiencia energética del parque inmobiliario de la Unión que ha aprobado el Parlamento Europeo el 17 de septiembre y ha remitido a la Comisión y el Consejo europeos.
Y no solo eso, a nivel sistémico, la descarbonización del parque edificado es una medida fundamental de contención de la demanda energética. Una menor demanda energética se traduce en una menor importación de energía (contribuyendo a la seguridad energética a nivel nacional) y menores costes e inversiones en infraestructura (menores necesidades de centrales de generación y líneas de transmisión, por ejemplo). Siendo tan relevante la cuota de participación del parque edificado en el mix de consumo de energía final sería inexplicable no asegurar su reducción al mínimo viable como medida previa en la planificación nacional de generación, transmisión y distribución energética.

La rehabilitación energética es, además, la medida más rápida y barata de desplegar dentro de la estrategia de recuperación verde, porque es intensiva en empleo y genera cohesión social, como ha señalado la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, recientemente en la reunión de ministros de Medio Ambiente de la OCDE.

La eficiencia energética es, por tanto, una cuestión de interés general y la forma más inmediata, segura y barata de alcanzar los objetivos medioambientales en sentido amplio, no solo en lo relativo a energía, y de contribuir al crecimiento y el bienestar de los ciudadanos. En España se ha ido creando un marco legislativo, pero no se ha avanzado en su desarrollo reglamentario, necesario para satisfacer esta necesidad y aprovechar esta oportunidad.
“La eficiencia energética no es tan sexy como las renovables o el coche eléctrico”, como ha insistido Fatih Birol, presidente de la Agencia Internacional de la Energía. Detrás de la rehabilitación energética de edificios están empresas que son en un 97% pymes y autónomos. No anuncia proyectos millonarios de cientos de megavatios, sino decenas de miles de pequeños proyectos en nuestros barrios y ciudades. Es un ecosistema de pequeños instaladores, arquitectos, ingenieros, constructores, certificadores, auditores, electricistas, albañiles, etc., que son los únicos capaces de hacer realidad esos más de 51.000 nuevos empleos al año, esos más de 27.000 millones de euros de inversión, esos más de 7.000 millones de ahorro en la factura eléctrica de los hogares españoles y esas más de seis mil kilotoneladas de reducción de emisiones de CO2 y sin embargo, siguen siendo la Cenicienta en las políticas de transición energética.

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