Marco Frühauf

Desde el departamento de comunicación de ANESE, este mes hablamos con Marco Frühauf, director general de grenke España.

  • En el proceso de descarbonización de la economía, grenke es un agente necesario en el ecosistema, junto con demás actores del sector del renting y el leasing. «Somos un engranaje que hace que la máquina fluya mejor», comenta Marco Frühauf.
  • Según el director general de grenke España, su estrategia en lo que se refiere a la sostenibilidad contempla tres dimensiones: «La de negocio puro, en la que nos orientamos hacia los activos sostenibles, en especial en los activos que las pymes necesitan para reducir su huella de carbono. La dimensión de nuestra interacción con proveedores, a los que les exigimos reducción de emisiones y trazabilidad mediante intercambio de datos. Y, por último, la dimensión más importante: la de nuestra propia acción, la actividad diaria de todos nuestros empleados en nuestras oficinas».

grenke cuenta con una extensa experiencia en España en el sector financiero. Es evidente que el concepto de sostenibilidad es cada vez más importante para la financiación. De hecho, últimamente se habla mucho de financiación sostenible. ¿Qué es para grenke esta financiación sostenible?

grenke ofrece alternativas a la financiación tradicional de activos necesarios para el funcionamiento y la explotación de negocios. Lo hacemos a través de la adquisición de todo tipo de máquinas y equipamientos y la puesta a disposición de ellos a los clientes a través de un contrato de renting. La dimensión más importante de la sostenibilidad es la propia naturaleza y la eficiencia de funcionamiento del activo que adquirimos, y la huella de carbono que éste tiene. Evitamos en la medida de lo posible activos y sectores económicos altamente contaminantes, manejando a través de los precios que aplicamos al mercado y dando ventaja a los activos que fomentan una economía circular.

Otro aspecto crucial es el uso del activo tras la finalización del contrato, haciéndonos la pregunta ¿Se puede recuperar para seguir siendo usado una segunda vuelta? ¿Tiene mercado secundario? Si no es así, ¿Se puede reciclar de forma no agresiva para el medioambiente? Para poder monitorizar de forma profesional toda esta cultura, hemos introducido un score de sostenibilidad, desarrollado de forma conjunta con el Karlsruhe Institute of Technology (KIT), que nos ha validado científicamente el índice. Este índice recoge todos los aspectos de sostenibilidad de una operación en concreto, de forma que nuestros empleados pueden evaluar el impacto operación a operación.

«Hay una cada vez mayor concienciación hacia la sostenibilidad».

¿Considera que es fácil hablar de financiación o de alternativas a la financiación sostenibles con los clientes?

No tanto como creíamos que iba a ser. Al final del día, el aspecto económico puro (es decir, el directo) es lo que más pesa a la hora de negociar operaciones con los responsables financieros de las empresas. Si bien, esto está cambiando gracias a la cada vez mayor concienciación hacia la sostenibilidad, y creo que la obligatoriedad de incluir la sostenibilidad en las cuentas de las empresas será lo que finalmente conseguirá que el tema esté encima de la mesa en cada reunión con clientes. Porque si se hace bien, la sostenibilidad tendrá rédito económico directo en el futuro. Comenzando por los fondeadores, que nos exigirán a los actores del mercado inversiones sostenibles y trazabilidad de estas.

¿En qué pilares se apoya la estrategia de grenke en cuanto a sostenibilidad?

Contemplamos tres dimensiones. La de negocio puro, en la que nos orientamos hacia los activos sostenibles, en especial en los activos que las pymes necesitan para reducir su huella de carbono. La dimensión de nuestra interacción con proveedores, a los que les exigimos reducción de emisiones y trazabilidad mediante intercambio de datos, y, por último, la dimensión más importante: la de nuestra propia acción, la actividad diaria de todos nuestros empleados en nuestras oficinas.

Una cultura adecuada en sostenibilidad teniendo en cuenta todos los aspectos, desde el tirar un papel al contenedor incorrecto hasta dejarse una calefacción encendida “porque así mañana está calentito al llegar”, pasando por el uso responsable y moderado de todos los recursos que la empresa pone a disposición del empleado, es lo que hace la diferencia.

Y hablar de sostenibilidad es hablar de descarbonización. ¿Cuál es la estrategia de grenke de cara a impulsar la descarbonización de la economía?

Cooperar intensamente con los sectores económicos que fomentan la descarbonización, ofreciendo a sus agentes nuestra herramienta alternativa a la financiación tradicional, el renting.

Hoy en día es necesaria mucha evangelización al respecto, se conoce muy poco las posibilidades que da utilizar a través de renting y desde el lado del proveedor/instalador, se fomenta poco a pesar de hacer el cierre de operaciones más fluido y menos forzado desde el punto de vista de la tesorería.

¿Qué soluciones y/o servicios ofrecen desde grenke en este ámbito? Es decir, ¿cómo aplicáis la sostenibilidad en vuestra propuesta de servicios?

Contamos con contrato de renting de hasta 10 años de duración, con ello el coste de inversiones cuantiosas se diluye a lo largo del período de uso, a lo largo de todo el ciclo de vida del activo, y se consigue un efecto positivo en la tesorería desde el minuto uno porque se paga por el uso, gracias a los ahorros que se consiguen por la instalación del activo sostenible.

«La pyme española necesita urgentemente mejorar su eficiencia en aras de la sostenibilidad».

¿Considera que la sostenibilidad contribuye para el progreso de las empresas, especialmente de las pymes?

De forma categórica, ¡sí! La pyme española necesita urgentemente mejorar su eficiencia en aras de la sostenibilidad. Todavía vemos por las carreteras vehículos altamente contaminantes, vemos máquinas antiguas muy intensas en consumo energético, sistemas de iluminación arcaicos. La pyme española funciona día a día, y tiene poco tiempo para pensar en mejorar y pocos recursos también.

¿Hasta qué punto la compañía está comprometida con fomentar un escenario de cero emisiones netas de sus clientes?

En el largo plazo es una visión que nos planteamos, pero no podemos hoy en día asegurar que esto va a ser posible. Lo que sí podemos hacer y, de hecho, según he comentado anteriormente, hacemos, es monitorizar a través del índice de sostenibilidad todas nuestras operaciones.

Sería precioso poder decir un día “sólo haremos negocio con clientes de índice máximo de sostenibilidad”, pero eso tiene una gran dificultad operativa y también, lo que es peor, significaría dar la espalda a quien no está en ese estadio, pero quiere mejorar y llegar a él. Todos de la mano somos responsables. Y sólo lo haremos si todos vamos en esa dirección. Cuando toda la economía lo haya conseguido, nosotros estaremos también. Por lo tanto, sí, llegaremos a un escenario de cero emisiones.

Las nuevas tecnologías limpias tienen y tendrán un papel importante en la descarbonización de la economía. Para ello el sector privado, desde pymes a grandes empresas, debe asumir ese compromiso. ¿Cuál es el papel de grenke en este proceso?

Somos un engranaje que hace que la máquina fluya mejor. Las tecnologías limpias requieren grandes inversiones, y no siempre la empresa (sobre todo la pyme) tiene los recursos necesarios para acometerlas. No siempre tiene el respaldo de una banca tradicional, por lo general bastante conservadora y muchas veces rehén de la profecía autocumplida en la que hay una primera fase de “no prestamos dinero porque la economía va a empezar a ir mal” y una segunda de “como no he prestado dinero, efectivamente la economía ha empezado a ir mal”.

Por eso, agentes como grenke somos necesarios en el ecosistema. No solo nosotros, todos nuestros compañeros del sector del renting y el leasing, que con nuestra herramienta ágil y sencilla de tramitar desbloqueamos en minutos operaciones que los bancos son capaces de tener rumiando durante meses y que al final no aprueban. Por eso un sector del renting y el leasing vigoroso e independiente de la banca es crucial en este país y en Europa.

Desde vuestra perspectiva, ¿cómo está evolucionando el sector financiero en España y también en Europa en materia de sostenibilidad y descarbonización?

De forma irregular. Sobre todo, tras el giro político que ha dado el mundo, la sostenibilidad ha dejado de ser algo en lo que todo el mundo estaba de acuerdo. Hace un año, no había debate y toda la cadena de valor en el sector financiero tenía clarísimo que las inversiones en sostenibilidad tenían un plus. De hecho, muchos fondos exigían inversiones sostenibles, o no había fondos. Poco a poco se está dando un giro, en parte por el discurso imperante en la Casa Blanca, y ya no se considera algo obligatorio. Es algo que está bien, pero el enfoque de varios agentes muy relevantes es más pragmático, más “vieja escuela”: si me da rentabilidad, lo hago y punto.

No sé a donde va a llegar esto. Hay mercado para todo el mundo, para los que consideramos que la sostenibilidad es un factor crítico y para los que no lo consideran tan importante. Supongo que habrá una especialización en la que iremos evolucionando y aplicando toda la experiencia recogida y seremos competitivos a la par que sostenibles.