• Raquel Espada, vicepresidenta Estrategia EMEA Energía y Sostenibilidad en Schneider Electric, comparte con nosotros en una breve entrevista su perspectiva y opinión acerca de la posición que ocupan las mujeres en el sector energético, basándose en su experiencia a lo largo de los años.

Además del puesto de responsabilidad que desempeña en Schneider Electric, empresa asociada a ANESE desde los primeros años de actividad de la Asociación, Raquel Espada es una destacada experta del sector energético, siendo socia fundadora y tesorera de WAS, asociación sin ánimo de lucro creada en 2020 cuyo fin principal es elevar la sostenibilidad al primer nivel estratégico de las empresas, entidades, instituciones y de la sociedad. También fue vicepresidenta de ANESE entre 2013 y 2017.

¿Cómo ve el sector de servicios energéticos en cuanto a igualdad de género? ¿Percibe que hay cada vez más mujeres en este sector?

En la mayoría de las empresas de servicios energéticos, el talento masculino sigue siendo predominante y en lo que se refiere a equidad de género, queda mucho camino por recorrer. Según el observatorio de AEMENER, el rol de la mujer en las empresas del sector energético es tan solo un 22,5% en puestos de alta dirección. Es interesante porque, según este estudio, las empresas orientadas a ofrecer servicios tienen un mayor porcentaje de presencia femenina (un 34%) y las especializadas en tecnología o fabricación de productos tienen una presencia menor (19,6%), pero nos encontramos que en el sector de servicios energéticos estas cifras son más reducidas.

Creo que se debe incrementar la presencia de la mujer en el sector de servicios energéticos todavía más y, aunque ya existen altas directivas de renombre en muchas de las empresas, considero que todavía es un sector altamente masculino y donde la diversidad puede aportar mucho valor en la toma de decisiones. En el informe de IESE y Atrevia de 2020, “Mujeres en los Consejos de las empresas cotizadas», observamos como en algunas empresas energéticas la presencia de mujeres en los consejos iguala o supera el 40%, el objetivo recomendable para 2025, mientras que otras empresas están en el 10% o incluso por debajo.

Por ejemplo, en el Comité de la división de Servicios de Energía y Sostenibilidad de Schneider Electric hay ya más mujeres que hombres. Además, en algunos ámbitos más nicho, como el de las renovables, la movilidad eléctrica, la sostenibilidad, etc. también existe ya una gran presencia femenina. En este sentido, mi recomendación es que las ESCOs apuesten por una adquisición del talento que garantice la igualdad de oportunidades.

«Las mujeres tendemos a pensar a más largo plazo y estamos muy enfocadas en el análisis de los riesgos, un aspecto vital para garantizar ahorros y asegurar que no se produzcan desviaciones en los proyectos y así eliminar las emisiones contaminantes».

¿Cuál cree que es la mayor aportación de la mujer a este sector de la energía? ¿Y cuáles son los mayores retos a los que se tiene que enfrentar?

Desde mi propia experiencia, la mujer tiene muchísimo que aportar al sector de la energía, ya que la diversidad siempre da mayor valor a las compañías. Según el observatorio de ANESE, las Empresas de Servicios Energéticos (ESEs) son expertas en el desarrollo de proyectos de eficiencia energética, garantizando ahorros a través del modelo ESE. La duración media del contrato de servicios energéticos se mantiene en el rango 7-8 años a lo largo de todo el periodo, aunque más del 60% de las ESEs reconocen periodos medios de maduración de los contratos superiores a 9 meses. Las actuaciones de las ESEs proporcionan un ahorro medio de un 30%, evitando emisiones de CO2 y contribuyendo a ser mucho más sostenibles.

En ese sentido, las mujeres tendemos a pensar a más largo plazo y estamos muy enfocadas en el análisis de los riesgos, un aspecto vital para garantizar ahorros y asegurar que no se produzcan desviaciones en los proyectos y así eliminar las emisiones contaminantes, y, asimismo, solemos tener una mayor concienciación medioambiental.

Por otro lado, los proyectos de eficiencia energética son una palanca clave en temas de sostenibilidad, sector en el que hay perfiles femeninos muy potentes. Según un estudio que hemos realizado recientemente en WAS con PWC, el 40% de los miembros de las comisiones de sostenibilidad son mujeres y el 42% están presididas por mujeres.

Durante mi experiencia profesional he tenido la oportunidad de desarrollar mi carrera en una empresa especialmente comprometida con la igualdad de género y la diversidad. Durante los últimos 18 años he tenido el placer de trabajar con compañeros y compañeras en este viaje, donde hemos sido capaces de implementar políticas altamente innovadoras en materias de diversidad y donde la sostenibilidad y diversidad es parte de nuestro ADN. Por ejemplo, actualmente, el Comité de Dirección español de Schneider Electric ya es paritario.

Sin embargo, soy consciente de que acompañar el cambio de paradigma que se está dando en el sector de una mayor presencia femenina, en algunos casos, puede ser difícil. Estamos viviendo grandes cambios: la transformación energética, el paso de un modelo centralizado a otro descentralizado, nuevos modelos de negocio… y la mujer tiene mucho que decir en todos ellos y será parte clave del cambio.

Según su perspectiva y experiencia, ¿qué funciones/cargos desempeñan las mujeres que cuentan con más representación en el sector?

Realmente hay mujeres ocupando todo tipo de cargos y funciones, pero quizás sí destaquen más en ámbitos como el desarrollo de negocio, el marketing, el financiero o la auditoría técnica.

También tenemos grandes ejemplos en niveles directivos, como Elena González, Directora de Servicios Energéticos de ACCIONA y vicepresidenta de ANESE; Ana Gil, CEO de EDF Iberia;  Leticia Riquelme, Directora de Estrategia y Desarrollo de EDF;  Isabel Rayo, Directora Asociada de Suma Capital; Elvira García, Directora de Ingeniería de SENER; Carlota Pi, CEO de Holaluz; Lucía Dolera, Directora  de Proyectos de APPA; Carmen Becerril, presidenta de AEMENER o Beatriz Corredor Presidenta del consejo de Administración de Red Eléctrica de España. De hecho, en esta última compañía, más del 50% del consejo de administración son mujeres.

«Estamos en un auténtico punto de inflexión. La pandemia nos está haciendo replantear muchas cosas. Necesitamos que la reconstrucción sea verde y sostenible y, desde mi punto de vista, las mujeres seremos el motor de esta transformación».

¿Hasta qué punto considera importante que el sector energético abogue por la equidad de cara al futuro?

Parto de la base de que la equidad de género debe ser una prioridad en todos los sectores, no solo en el energético. Es un error no apostar por ella, ya que, para empezar, ayuda a mejorar la rentabilidad de las compañías. Hablando de nuestro sector, existen grandes referentes femeninos y su participación en foros especializados es muy necesaria. Deberíamos darles más visibilidad y en ese sentido todos los actores, incluidas las empresas de comunicación, deberíamos de intentar ayudar en este sentido.

Estamos en un auténtico punto de inflexión. La pandemia nos está haciendo replantear muchas cosas. Necesitamos que la reconstrucción sea verde y sostenible y, desde mi punto de vista, las mujeres seremos el motor de esta transformación. Para reducir las emisiones de carbono, los proyectos de eficiencia energética y las energías renovables son palancas claves y en ambos sectores hay perfiles femeninos muy válidos.

Además, debemos pensar en nuevos modelos de negocio, nuevas formas de hacer las cosas, en la economía circular, en que no se malgasten los recursos, en la biodiversidad de los proyectos, etc. Las mujeres podemos aportar mucho valor en todos estos aspectos y es por este motivo precisamente por el que la diversidad es tan necesaria.

Como profesional y como mujer, ¿cuáles cree que son los puntos que pueden hacer del sector de la energía un foco de interés?

Como sociedad tenemos un gran reto, involucrar a las nuevas generaciones en las carreras STEM, fomentar que cada vez sean más los niños y las niñas interesados en ellas. Hasta el momento, el sector de la energía por sus características quizás no era el más atractivo, pero su vinculación a la sostenibilidad, la integración de las nuevas tecnologías, el poder trabajar con el ecosistema, el cambio hacia modelos más descentralizados, nuevos modelos de negocio más circulares, etc. están cambiando radicalmente esta situación.

Siguiendo con la sostenibilidad, las mujeres valoramos mucho que, con nuestro trabajo, podamos aportar un valor añadido a nuestro entorno. En el sector están apareciendo proyectos con un impacto local y social muy positivo, como es el caso de Luz Solidaria, que a su vez incrementan el atractivo del sector para los perfiles femeninos, donde encontramos otros dos referentes como Pepi Jiménez y Isabel Jiménez.

Si los cambios en la última década han sido sísmicos en el sector de la Energía, los que están por venir, serán una auténtica revolución. Para mi estar en el sector energético ahora es formar parte/aportar/ayudar a solucionar los retos a los que nos enfrentamos, para lograr un futuro más sostenible. Es formar parte de un proyecto de futuro apasionante y retador, pero al mismo tiempo inspirador.

Vienen muchísimas oportunidades, así que espero que aprendamos después de la pandemia e invirtamos como sociedad y como consumidores en un futuro sostenible. Solo tenemos un planeta y los recursos son limitados, así que hay que saber aprovecharlos.